jueves, 10 de diciembre de 2009

Noches en Allmandring

Son las 5:00 de la mañana. La mayoría del grupo de españoles se ha ido de fiesta al Perkins, una discoteca estilo Huertas. Yo iba a ir, pero me he quedado haciendo el report de Multimedia Communications de la semana que viene, porque esa semana va a ser mortal.
Me tengo que levantar a las 8:00 porque mañana (bueno, hoy) tengo Radio Frequency Technology a las 10:00, tengo que poner una lavadora e imprimir los reports.
Me voy a la cama.

Llevo una hora en duermevela cuando empiezo a escuchar ruidos en los pasillos del edificio. Normalmente alguien que ha bebido, alguna visita que se va o algún madrugador.
Pum, pum, pum. La puerta de entrada al edificio.
Empiezo a cerrar los ojos...
Suena entonces el telefonillo de mi habitación. ¿Quién será a estas horas? Seguro que Cubero o alguno de estos que vienen a cantarme el Noche de Paz.
- ¿Hola?
Silencio.
Algún graciosillo. Me vuelvo a la cama. Son las 5:55.
Pum, pum, pum. Pum, pum, pum.
De nuevo el telefonillo. Oigo también otros telefonillos. Lo ignoro.
Otra vez.
- ¿Hallo?
Silencio.
- ¿Hallo?
Silencio.
Alguien abre a la persona que está fuera. Me voy a la cama. Las 6:03. ¿Quién narices será?
Pam. Pum. Ruidos de puertas. Alguien revolviendo algo. ¿En la cocina quizás? Qué raro....
Pum, pum, pum. De nuevo, más lejano. En un piso de arriba. Maldita sea.
Me levanto, cojo las llaves, salgo y cierro la puerta. No hay nadie en los pasillos, pero la puerta de fuera está atrancada con una piedra para que no se cierre. Voy a la cocina. Nadie.
La puerta de Alex, la rusa, está abierta. Sería ella...
Al momento sale de su habitación.
- Alguien a llamado a mi telefonillo.
- Al mío tres veces. Y alguien le ha abierto la puerta.
- ¿Quién será a las 6 de la mañana?
Siento como si alguien nos estuviera observando. No se ve a nadie fuera desde las ventanas de la cocina. Miro por el hueco de la escalera hacia arriba.
Una cabeza nos mira fíjamente.
- ¿Hallo?
No contesta. Sigue sin apartar la mirada.
- ¿Hallo?
No contesta.
- ¿Hallo?
La cabeza desaparece.
Alex y yo subimos las escaleras. ¿Quién narices será?
Es al final, en el tercer piso. Un hombre llama a la habitación 34.
- Hallo. Are you looking for anybody?
- My friend. He must be here. It's ok?
- Ok.
Qué tipo más raro. Bajamos las escaleras.
Inmediatamente después baja el extraño hombre y se va.
- ¿A las 6 de la mañana?
- Además lleva media hora aporreando la puerta. Qué raro...
Alex se va a su habitación.
Yo también, pero antes voy a cerrar la puerta. Por curiosidad. ¿Quién vivirá en la 34?
Miro el buzón. Tiene pinta de alemán.
El buzón lleva sin recoger desde hace al menos una semana...

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